miércoles, 6 de enero de 2010

Comentario a "Las flores del mal"

Universidad de las Artes

Octubre 2, 2009

DULCE MARIA RIVAS GODOY

Comentario a "Las flores del mal"

Charles Baudelaire

1857

Acaso el primer hombre occidental que tuvo conciencia de ser moderno fue un poeta. Era alguien afecto a las ciudades, el ajenjo y las caminatas, entregado a la mirada que ve pasar mendigas pelirrojas y mujeres veloces en la hora tardía y con cierta inclinación por los bosques de símbolos, por el lujo, la voluptuosidad y el mal; era Charles Baudelaire.

Las flores del mal es casi la totalidad de su obra poética, realizada entre 1840 y la fecha de su publicación en 1857. La segunda edición, de 1861, elimina los poemas censurados pero agrega 30 nuevos. La definitiva es póstuma y recupera los prohibidos.

Hay que leerlo para amarlo. Desde los primeros versos, cautiva: es cierto que el Diablo seduce, que domina al hombre y lo somete de una manera suave. Es cierto que hay monstruos y es cierto que el Tedio es el peor.

Tan consciente está Baudelaire de su naturaleza cuerpo-espíritu, que siente pena por su madre, por haberlo parido; pero sabe también que su espíritu puede volar libre hacia espacios más limpios.

Como a todos los hombres, su existencia le abruma y siente que su vida ha sido una tenebrosa borrasca. Compara el espíritu del hombre con el abismo insondable, tenebroso y amargo del mar.

El Tiempo devora la vida, dice; y llora porque ha vivido, llora porque vive y porque tendrá que vivir todavía. Está tan solo, que se consuela sabiendo que todos somos como él.

Era capaz de ponerse en el lugar de cualquiera, hasta del vino. Ama la Belleza -sin importar que venga de Satán o de Dios-, por ser un monstruo enorme, horroroso e ingenuo que le ha abierto la puerta de un infinito jamás conocido.

Analizando las analogías que utiliza en su poesía, podemos darnos cuenta del proceso mental de Baudelaire. Su manera de pensar fue justamente lo que lo mantuvo vivo, con más recuerdos que si tuviera mil años.

Es un atormentado que disfruta el tormento. El tormento de entender que un momento ha tenido un solo pasado en el tiempo, pero la posibilidad de futuros infinitos.

El arte le ayudó siempre a tender un puente entre él y la realidad, a enfrentarla, a evadirla y a burlarse de ella.

Una carroña es para mí el más terrible, el más crudo, estrujante, triste, tierno y conmovedor.

De cada cosa ha extraído la quintaesencia.

“La definición del Arte frente a Baudelaire, tiembla”.[1]



[1] Gómez de la Serna Ramón, El desgarrado Baudelaire, citado en Baudelaire Judged by Spanish Critics, 1857-1957, compilado por William F. Aggler, University of Georgia Press, Estados Unidos, 1971, p.42

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